Hace algunos años tuve
brevemente como alumna a una bella y simpática joven, la cual, junto con su
familia, se vio obligada a abandonar su hogar en Veracruz para preservar su
integridad física. Historias como aquella no eran comunes para mí, al menos no
en contextos en los que no había una guerra de por medio.
Por aquel entonces no lo sabíamos; se murmuraba, pero no creíamos
estar en guerra. Al menos no en una convencional, con los bandos bien definidos
haciendo alarde de sus fuerzas y con sus objetivos del todo visibles.
Sí,
México pasó (¿pasa?) por una guerra para la que francamente nadie estaba
preparado, cuyas repercusiones se presume duraran al menos una década más en
asimilarse. No voy a profundizar en el tema, sinceramente no me apetece
hacerlo, pero esta escueta aunque puntual introducción me era necesaria para
hablarles del libro que hace poco acabo de terminar: Nacemos muertos.
Nacemos muertos es la
tercera novela de la escritora Ana Colchero, y es en sus propias palabras su
trabajo más personal. Semejante afirmación podría parecer superficial o
pretenciosa, sin embargo, en este caso me parece que se trata de una aseveración
más que justa.
En el
libro, que bien podríamos definir como realismo crudo, se nos narra la historia
de una familia mexicana común y corriente que celebra una de las fiestas más
representativas de nuestra cultura, los quince años de su hija, la cual, sin
que nadie de los involucrados tenga conocimiento previo de ello, será el detonante
de una serie de eventos desafortunados que trastocaran su vida y la de algunos
de sus conocidos más cercanos, desnudando poco a poco, de forma cruda y sin
tapujos, parte de la triste realidad a la que muchas familias son arrojadas en
medio de la guerra contra el narcotráfico.
Respetando las distancias y con el respeto que ambas obras me
merecen, no pude evitar hacer un paralelismo entre las primeras líneas de Nacemos
muertos y el inicio de el Padrino. Por
supuesto, los Mancera y Corleone no podrían ser más diferentes, pero ambos nos
recuerdan que la familia es un núcleo social sumamente vulnerable, y, paradójicamente,
fuerte en esa misma vulnerabilidad.
Respecto a personajes tengo que decir que cumplen, son sólidos
y creíbles, carecen de adornos y matices innecesarios. Eso no quiere decir que
sean planos y carentes de vida, todo lo contrario, son sumamente expresivos,
aun y cuando no demuestren expresión o una emoción concisa en algunas
situaciones (ya saben, no responder es en sí mismo una respuesta).
La descripción de escenarios no es compleja, aunque basta para hacer una
ambientación adecuada a las diferentes situaciones por las que pasan los
protagonistas, lo cual es sin duda acertado, pues no le resta ritmo ni
presencia a lo verdaderamente importante en la trama.
En conclusión, Nacemos muertos es una lectura cruda, reveladora y en
ocasiones algo incomoda, pues nos llama la atención sobre aquella parte
incomoda de la realidad, que por más desdeñable que sea no deja de estar
inoportunamente allí, a la espera de poner a prueba nuestra resistencia,
nuestros principios y nuestra lealtad a los nuestros.
Una obra bastante recomendable que, desgraciadamente, dice mucho de nuestra
época.
Características
Título: Nacemos muertos
Autor(es):
Ana Colchero
Tema: realismo
crudo/drama
Editorial: Né Mort
Edición: Primera, rustica
Año: 2013
ISBN: N/A
Páginas: 215
Precio: $265 (pesos mexicanos, disponible en la página personal de la autora)
Lo mejor
Su buena y
bien cuidada estructura narrativa. El tratamiento directo y sin tapujos de un
tema delicado que no por ello debe descafeinarse.
Lo peor
Algunos lectores no mexicanos podrían perderse entre tanto localismo y
particularidades de la idiosincrasia mexicana, nada que un diccionario o motor
de búsqueda en línea no pueda resolver.
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