Personalmente me encantan las antologías, me parecen el
medio perfecto para enamorarse o reencontrase con un género en particular. En
el caso de la literatura zombi, el público latinoamericano no tiene una gran
oferta de antologías, lo que sin duda es una verdadera lástima, puesto que
realmente hay grandes relatos en algunas de ellas. En esta ocasión en
particular dedicare unas líneas a la Antología Z vol. 1 de la Editorial Dolmen,
una de las más importantes en el género.
Por su propia naturaleza, toda antología está
compuesta por una diversidad de estilos y manejos del lenguaje que difícilmente
encantaran a todos los lectores, es normal, una buena antología siempre buscar
reunir dentro de sus páginas un amplio espectro de historia más o menos
coherentes con un planteamiento general. En el caso de esta antología, la
calidad de los relatos es realmente sobresaliente, salvo por un par de
excepciones, las historias están tan bien concebidas como representadas, e
incluso la mayoría de ellas innovan en el género zombi, llevando sus tramas un
paso de más allá de la simple descripción de un apocalipsis de muertos
vivientes.
Los relatos que componen la antología son:
El
judío, de José
Martin Ramiro
Ave
Cesar, los que van a morir resucitaran,
de Miguel Ángel González Díaz
Tiene
mensajes nuevos. Para escucharlos pulse…, de Ángel Villán
El huésped,
de Álvaro Peiró Burriel
En el metro,
de Álex Gómez
Declaración de un superviviente,
de Álex Gómez
No por mucho madrugar,
amanece más temprano, de Avelino Marcos
Casi humano,
de Paola Fuentes Claramonte
La ultima balada de Xeoglia,
de Albert Sanz
Santuario,
de Óscar Felipe
¡Clonk!, de Sergio de Marcos
Fragmentos
de nuestra muerte,
de Santiago Eximeno
El
ansia, de Álvaro
Fuentes
Floro, de Luis Alonso
Marchitas
por dentro, de David
Mateo (Autor de la novela Carne muerta y de la que se desprende este relato)
Trabajo
inacabado, de
Santiago Sánchez Pérez (el querido Korvec, autor de la genial saga del Camino de
la Cabra, una de las grandes trilogías del género zombi)
Estoy
cambiando…, de
Fernando Corvillo Rodríguez
3113, de Óscar de Marcos
Epilogo
Como se ve, tenemos al alcance un gran repertorio de
posibilidades de vivir el apocalipsis zombi, desde la perspectiva de gente común
y corriente, lo que sucede en el grueso de las historias o desde la perspectiva
de una raza alienígena en extinción o la del mejor amigo del hombre. Todo un agasajo,
En lo personal me encantaron la mayoría de
las historias, pero definitivamente hay algunas que me sorprendieron
enormemente por su originalidad y excelente planteamiento. Relatos como El judío (que no concluye sino hasta el
epilogo de la antología), Tiene mensajes nuevos. Para
escucharlos pulse…, Trabajo inacabado, Floro y 3113 son imperdibles,
y de seguro encantaran a todos los amantes del género y a los que les agradan
las buenas historias.
Mención especial me
merecen Floro y 3113. En el caso del primero nos encontramos con un relato
brutal y crudo con una temática tan fuerte que puede llegar a herir susceptibilidades.
No es un relato fácil de leer ni de digerir por su crudeza, y aunque en lo
personal no me gustó, ello no me priva de decir que esta genialmente elaborado
y contado. Léase bajo su cuenta y riesgo.
Finalmente, 3113, no me
encantó, sino lo que le sigue, rara vez me encuentro con una historia en la que
se fusionen diversos géneros de manera tan natural y precisa. El relato es un
crisol en el que conviven de manera armónica el zombi, la ciencia ficción y el
horror cósmico, toda una experiencia que el lector no se puede perder.
Lo mejor
La gran calidad de casi todos los relatos y su originalidad. La genial
portada y el estilo ya característico de la línea Z de Dolmen.
Lo peor
Que no ha llegado al público americano (ni esta ni las cinco que le
siguen) y que quizá nunca llegue. Una verdadera lástima, pues es una gran obra.
Comentarios
No me gusto para nada, hablaba mas de violaciones y maldad que de Zombies.
Definitivamente mr ha horrorizado